Viernes casual. Vestido de verano y Tammuz se presenta ante mi portal.
Me consulta si los babilonios se va a juntar esa tarde a presenciar a Nannar en su patio. Y sinceramente en ese momento se me ocurrieron muchas calumnias para Adonis
Pero me limité a decirle
"Nabu pasará por tu patio, los demás vamos directo al Dilmun."
Fue en ese simple acto quizá, que caí en la cuenta que yo era Enlil, cuando todo este tiempo me consideré Inanna.
Pero la cuestión era que yo, era señor del Dilmun. Y que despreciar a Tammuz, si bien me generaba cierta angustia, nostaliga, pena... me hacía dar cuenta que no caeria en el Irkalla.
En Dilmun todos los dioses nos reunimos en comunión a la amistad, a la unión, a la jovialidad. Jugamos cartas y bebimos mucho. Cantamos y reímos.
Todo transcurrió como en el origen de los días, del mundo. Senti como si An, Ki y Absu volvieran al antiguo Nammu. Las posibilidades eran infinitas, aunque mis considerados reales y aceptables caminos eran pocos. Sucedieron los obvios, aunque me sorprendieron.
Tammuz jugaba un juego en donde hablaba con gran interés y apego con su compañero Ningizzida, pero al mismo tiempo podia sentir los viejos tiempos. Esos recuerdos de haberlo mandado al inframundo.
Me consulta si los babilonios se va a juntar esa tarde a presenciar a Nannar en su patio. Y sinceramente en ese momento se me ocurrieron muchas calumnias para Adonis
Pero me limité a decirle
"Nabu pasará por tu patio, los demás vamos directo al Dilmun."
Fue en ese simple acto quizá, que caí en la cuenta que yo era Enlil, cuando todo este tiempo me consideré Inanna.
Pero la cuestión era que yo, era señor del Dilmun. Y que despreciar a Tammuz, si bien me generaba cierta angustia, nostaliga, pena... me hacía dar cuenta que no caeria en el Irkalla.
En Dilmun todos los dioses nos reunimos en comunión a la amistad, a la unión, a la jovialidad. Jugamos cartas y bebimos mucho. Cantamos y reímos.
Todo transcurrió como en el origen de los días, del mundo. Senti como si An, Ki y Absu volvieran al antiguo Nammu. Las posibilidades eran infinitas, aunque mis considerados reales y aceptables caminos eran pocos. Sucedieron los obvios, aunque me sorprendieron.
Tammuz jugaba un juego en donde hablaba con gran interés y apego con su compañero Ningizzida, pero al mismo tiempo podia sentir los viejos tiempos. Esos recuerdos de haberlo mandado al inframundo.
Tammuz es Tammuz gracias a mi, nuestro casamiento le garantizo la fertilidad de la tierra, y luego al demostrar no quererme se ganó el inframundo. Pero aunque no lo parezca, sufro más yo que él.lÉl se adaptó al inframundo y fue en ese calor, que se terminó de formar ante mi, el cruel Adonis que todas adoran. O que al menos yo adoro.
En los pequeños gestos se sentía el deseo. La necesidad de la atención. En el cruce de miradas era casi obvia mis esquivadas. Por suerte, tanto Enmesarra como Emkindu y Kishar fueron testigos de que yo, en esa situación, era como un siervo escapando del cazador.
Y por suerte escapé, y lo unico que quedó por hacer era seguir bebiendo. Salimos del Dilmun y nos adentramos en un nuevo Nammu, donde todo se creaba a partir de nuestras risas, de nuestro canto, todo quedaba en el rastro de nuestro andar. Y eramos jóvenes, felices y borrachos. Y el mundo era uno nuevo.
Y a la hora de descansar, nos separamos y yo era feliz. Con una leve nostalgia en mi pecho. Nostalgia por un mundo antiguo que recorde, que jamas volveria a ser creado. Y vi el simbolo de Nannar y recorde a Ištar.
Era recordar todo con una sonrisa. Con olor a cigarrillo. Con ganas de seguir creando la noche.
Pero todo termino, explotando las burbujas de un papel de embalaje, conoci a un tal Joaquin de Olivos(mero mortal) y me volvi en el 59.
Y por suerte escapé, y lo unico que quedó por hacer era seguir bebiendo. Salimos del Dilmun y nos adentramos en un nuevo Nammu, donde todo se creaba a partir de nuestras risas, de nuestro canto, todo quedaba en el rastro de nuestro andar. Y eramos jóvenes, felices y borrachos. Y el mundo era uno nuevo.
Y a la hora de descansar, nos separamos y yo era feliz. Con una leve nostalgia en mi pecho. Nostalgia por un mundo antiguo que recorde, que jamas volveria a ser creado. Y vi el simbolo de Nannar y recorde a Ištar.
Era recordar todo con una sonrisa. Con olor a cigarrillo. Con ganas de seguir creando la noche.
Pero todo termino, explotando las burbujas de un papel de embalaje, conoci a un tal Joaquin de Olivos(mero mortal) y me volvi en el 59.
Explotando burbujas.
Sintiendome bien.
Al fin, podia volver a ser
Espontanea.
Referencias
Referencias
Tammuz Es el dios pastor y de la fertilidad. Su compañero eterno fue Ningizzida; ambos custodiaban las puertas del cielo. Él era un mortal, y su casamiento con Inanna le garantizó la fertilidad de la tierra y la fecundidad de la matriz. Pero más tarde, debido al comportamiento desaprensivo de Tammuz hacia Inanna, ésta lo envía al inframundo durante los seis meses más calurosos.
Ningizzida se conocía como el o la "Señor/a del árbol de la vida". Acompañaba a siempre Tammuz custodiando ambos las puertas del cielo. Descrita a veces como una serpiente con cabeza humana, esta deidad devino más tarde en el dios de la sanación y la magia.
Nabu: dios de las artes de escribir
Dilmun: el hogar de los dioses
Enlil: el señor del viento, quien eventualmente se convirtió en el líder de los dioses
Inanna: diosa del amor y la guerra
Irkalla es el inframundo del que no se vuelve
An, Ki y Absu, haciendo referencia al Cielo, Tierra y Oceano terrestre respectivamente.
Nammu es la diosa sumeria que identifica al "abismo de las aguas" en el océano primigenio. Nammu fue la primera deidad y origen del todo. Diosa del nacimiento, su lugar de culto se centró en la ciudad de Ur.
Enmesarraa: dios de las leyes
Enkimdu: dios de los ríos y canales
Kishar: padre de la tierra
Nannar: dios de la luna
Ištar: diosa del amor
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