Tengo la leve sensación de que es con mucha ironía usar la frase "todo va a salir bien".
Una piedra en el medio del llano, con el paso del tiempo fue moldeada por el viento y las precipitaciones. Con el tiempo, la rodearon pequeñas piedras. Hizo amistad con el agua, intermitente mente la lluvia aparecía para saludarla, y eventualmente como sucede cuando cruzas caminos con los entes, desarrolló una amistad.
Tal fue las veces que la lluvia visitó, que casi sin darse cuenta la piedra estaba rodeada por un río que no sólo la abrazaba a ella sino que también a las demás piedritas que tenia a su alrededor.
Se convirtió en tiempos donde el rió era un ambiente agradable, ameno. Ser parte de un todo sonaba bien.
Pero las piedras, con el tiempo se desgastan, se afilan, lastiman... Y si bien a nuestra piedra, al tener un grado alto de conciencia individual, ya a lo último, no le importa mantener el estado ameno del agua corriendo, ni del bien que yace en la posición de las otras piedritas.
El agua se volvió más densa. La tolerancia cada vez menos, y si bien las piedritas mantenían su figura redondeada, esta Piedra dentro astillaba y ya no sabría si se partiría en dos.
Resulta que en la composición de este rió, el terreno tiene una pendiente en el que la mayor presión resulta en una zona cerca de la Piedra. Generando así los cambios sobre ella, y dándome pie a tener una buena historia sobre una insignificante piedra.
Una piedra en el medio del llano, con el paso del tiempo fue moldeada por el viento y las precipitaciones. Con el tiempo, la rodearon pequeñas piedras. Hizo amistad con el agua, intermitente mente la lluvia aparecía para saludarla, y eventualmente como sucede cuando cruzas caminos con los entes, desarrolló una amistad.
Tal fue las veces que la lluvia visitó, que casi sin darse cuenta la piedra estaba rodeada por un río que no sólo la abrazaba a ella sino que también a las demás piedritas que tenia a su alrededor.
Se convirtió en tiempos donde el rió era un ambiente agradable, ameno. Ser parte de un todo sonaba bien.
Pero las piedras, con el tiempo se desgastan, se afilan, lastiman... Y si bien a nuestra piedra, al tener un grado alto de conciencia individual, ya a lo último, no le importa mantener el estado ameno del agua corriendo, ni del bien que yace en la posición de las otras piedritas.
El agua se volvió más densa. La tolerancia cada vez menos, y si bien las piedritas mantenían su figura redondeada, esta Piedra dentro astillaba y ya no sabría si se partiría en dos.
Resulta que en la composición de este rió, el terreno tiene una pendiente en el que la mayor presión resulta en una zona cerca de la Piedra. Generando así los cambios sobre ella, y dándome pie a tener una buena historia sobre una insignificante piedra.
La cuestión, la Piedra ya estaba intolerante a su situación, la apropiación del espacio era insufrible y quebró.
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